El término monte cerrado se refiere a un tipo de vegetación densa y tupida, comúnmente conocida como moheda.
Este ecosistema se caracteriza por la presencia de arbustos y árboles que crecen de manera compacta, formando un hábitat rico en biodiversidad.
El monte cerrado no solo es importante para la fauna, sino que también desempeña un papel crucial en la conservación del suelo y el agua en su entorno.