La palabra montera tiene diversas acepciones que reflejan su versatilidad.
En primer lugar, se refiere a una prenda que protege la cabeza del frío.
También puede designar una cubierta de cristales que se coloca sobre patios o galerías, así como una estructura convexa en un alambique que recoge los vapores durante la destilación.
En el ámbito marítimo, se relaciona con la monterilla, una vela triangular, y en Bolivia, se usa para describir un sombrero cónico y adornado.