El término morel de sal se refiere a un color específico en el ámbito de la pintura, caracterizado por un tono morado carmesí.
Este color es apreciado por su intensidad y se utiliza especialmente en la técnica de pintura al fresco, donde se aplican pigmentos sobre una superficie húmeda para lograr una integración duradera con el soporte.
Su singularidad lo convierte en una opción popular entre los artistas que buscan efectos visuales impactantes.