Morojo es un término empleado en algunas regiones para referirse al madroño, el fruto del arbusto conocido científicamente como Arbutus unedo.
Este arbusto, perteneciente a la familia Ericaceae, es originario de la región mediterránea y de ciertas áreas de Europa occidental.
El madroño se caracteriza por su sabor dulce cuando está completamente maduro, aunque puede resultar ligeramente ácido si se consume antes de su plena madurez.
El fruto del morojo es esférico, de tamaño pequeño a mediano, y presenta una superficie rugosa con tonalidades que varían desde el amarillo hasta el rojo intenso, dependiendo de su grado de maduración.
Su interior alberga pequeñas semillas rodeadas de una pulpa jugosa y aromática.
Además de ser consumido fresco, el morojo se utiliza en la elaboración de mermeladas, licores y otros productos gastronómicos, aprovechando su peculiar sabor y propiedades nutricionales.
Desde el punto de vista botánico, el arbusto del madroño es perenne y puede alcanzar alturas considerables, llegando a comportarse como un pequeño árbol en condiciones óptimas de crecimiento.
Sus hojas son gruesas, de color verde oscuro y con bordes serrados. La planta también produce flores blancas o rosadas que, junto con los frutos que maduran en diferentes etapas, otorgan al arbusto un aspecto muy decorativo a lo largo del año.