Mureño es un término que se utiliza en algunas regiones de España, especialmente Aragón, para referirse a un montón de cantos o piedras.
Este término se emplea principalmente en zonas rurales donde la construcción de muros de contención o delimitación es común, por lo que el mureño representa un elemento fundamental en la arquitectura y el paisaje local.
El mureño puede ser utilizado para la creación de muros de contención en terrenos escarpados, para delimitar parcelas o caminos, o incluso como base para construcciones más complejas. Su composición suele estar formada por piedras de diferentes tamaños y formas, dispuestas de manera compacta para garantizar su estabilidad y resistencia.
En el ámbito rural, el mureño es una manifestación tangible del trabajo manual y la tradición constructiva local, siendo muchas veces erigido con técnicas ancestrales que han perdurado a lo largo del tiempo. Además, su presencia contribuye a la conservación del paisaje y al mantenimiento de la estructura territorial en áreas rurales.
♦ Esta acepción se emplea en: Aragón
Etimología u origen de la palabra mureño: proviene del vasco muru que significa "montón"; de muro y -eño.