El término navío de línea se refiere a un tipo de buque de guerra, específicamente un acorazado o un crucero grande, diseñado para participar en batallas navales.
Estos barcos eran fundamentales en las flotas de combate, ya que contaban con potentes armamentos y una estructura robusta para resistir ataques.
Su importancia radicaba en su capacidad para dominar el mar y proteger intereses estratégicos durante conflictos.