El término nibelungo proviene de la mitología germánica y se refiere a un ser que es considerado hijo de la Niebla.
En este contexto, los nibelungos son figuras míticas que simbolizan la conexión entre lo terrenal y lo sobrenatural, a menudo asociados con historias de héroes y tesoros ocultos.
Su legado ha influido en la literatura y la cultura, destacando su papel en relatos épicos y leyendas.