El término ocre se refiere a una tierra arcillosa de color amarillo, que contiene un óxido férreo hidratado.
Este material es ampliamente utilizado en el ámbito de la pintura, gracias a su capacidad para proporcionar tonalidades cálidas y terrosas.
Su versatilidad y riqueza en matices lo convierten en un elemento valioso tanto en el arte como en la decoración, aportando un toque natural y distintivo a diversas obras.