La palabra odrina tiene varias acepciones que reflejan su origen y uso en el lenguaje.
En su sentido más literal, se refiere a un odre de cuero de buey, utilizado para almacenar líquidos.
Sin embargo, en un contexto más figurado, se emplea para describir a alguien que está lleno de enfermedades y llagas, asemejando su estado al cuero deteriorado.
Además, en un uso coloquial, se asocia con el estado de estar borracho, destacando su versatilidad en el habla.