El término ojalatero se utiliza en un contexto familiar para describir a una persona que, durante las contiendas civiles, se contenta con desear el éxito de su partido sin involucrarse activamente en los conflictos.
Este comportamiento refleja una actitud de pasividad y observación, donde el individuo prefiere mantenerse al margen en lugar de participar en la lucha o el debate.
Así, el ojalatero se convierte en un espectador de las disputas, apoyando desde la distancia.