El término ojo empavonado proviene del lunfardo argentino y se refiere a un ojo que presenta un color morado debido a un golpe o contusión.
Este fenómeno ocurre cuando los vasos sanguíneos se rompen, provocando una acumulación de sangre en la zona, lo que da lugar a un aspecto característico.
Un ejemplo de uso sería: "le quedó el ojo empavonado por la pelea que tuvo anoche", ilustrando así su significado en el contexto cotidiano.