Los trastornos olfatorios son alteraciones en el sentido del olfato que pueden afectar la capacidad de una persona para percibir olores. Algunos de los trastornos olfatorios más comunes incluyen:
1.
Anosmia: es la pérdida total del sentido del olfato. Las personas que sufren de anosmia no pueden percibir ningún olor.
2.
Hiposmia: es la disminución parcial del sentido del olfato. Las personas con hiposmia tienen dificultad para percibir los olores de manera adecuada.
3.
Parosmia: es una alteración en la percepción de los olores, en la que los olores se perciben de manera distorsionada. Por ejemplo, un olor agradable puede ser percibido como desagradable.
4. Fantosmia: es la percepción de olores que no están presentes en el entorno. Las personas con fantosmia pueden experimentar olores desagradables o inusuales sin ninguna fuente real.
5. Ageusia: aunque no es un trastorno olfatorio propiamente dicho, la ageusia es la pérdida total del sentido del gusto, lo que puede afectar la capacidad de percibir los sabores de los alimentos.
Es importante destacar que los trastornos olfatorios pueden ser causados por diversas razones, como infecciones sinusales, lesiones en la cabeza, enfermedades neurológicas, exposición a productos químicos tóxicos, entre otros. Si experimentas algún problema en tu sentido del olfato, es recomendable consultar a un médico especialista en otorrinolaringología para obtener un diagnóstico preciso y recibir el tratamiento adecuado.
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