El término olimpo se refiere, en su primera acepción, a la residencia de los dioses en la mitología griega.
Este lugar sagrado, situado en la cima de una montaña, simboliza el poder y la divinidad, donde los dioses como Zeus y Hera habitan en un entorno de esplendor.
El olimpo no solo representa un espacio físico, sino también un concepto de inmortalidad y majestuosidad en la cultura clásica.