La olivicultura se refiere al cultivo y mejoramiento del olivo, un árbol milenario conocido por su fruto, la aceituna, y el aceite que de ella se extrae.
Esta práctica agrícola no solo busca maximizar la producción, sino también preservar la calidad y las características del olivo, adaptándose a diferentes climas y suelos.
La olivicultura es fundamental en muchas culturas, aportando tanto a la economía como a la gastronomía.