La palabra onotera tiene su origen en Venezuela, donde se refiere a un pequeño saco utilizado para guardar onoto, una planta que se emplea como colorante.
Además, en un sentido más amplio, se utiliza para describir un saquillo que las mujeres emplean para sujetar su cabello y darle forma de ensortijado.
Así, el término abarca tanto un objeto práctico como un elemento de la estética femenina.