La palabra orejano (y su forma femenina orejana) se utiliza para describir a una res que carece de marca, lo que la distingue en el ámbito ganadero.
Además, en el contexto de América Latina, se refiere a una persona que es arisco o huraño, es decir, alguien que tiende a ser reservado o poco sociable.
Estas acepciones reflejan la riqueza del lenguaje y su conexión con la cultura regional.