El término orujo se refiere al residuo que queda tras el proceso de extracción de líquidos, como el vino o el aceite.
En el caso de la uva, el orujo incluye las pieles, semillas y pulpa que permanecen después de la prensada.
Este subproducto no solo tiene valor en la elaboración de aguardientes y otros licores, sino que también se utiliza en la producción de biocombustibles y como materia orgánica en la agricultura.