El término ostral se refiere a un lugar específico donde se crían y conservan vivas las ostras.
Este espacio, conocido como ostrero, es fundamental para la producción y el mantenimiento de este molusco, que es apreciado tanto por su valor gastronómico como por su importancia en el ecosistema marino.
La práctica de cultivar ostras en un entorno controlado permite asegurar su calidad y sostenibilidad.