La otoba es un árbol originario de la América tropical, que se asemeja a la mirística.
Este árbol es conocido por su fruto, que guarda similitudes con la nuez moscada.
La otoba no solo destaca por su apariencia, sino también por su importancia en el ecosistema y en la cultura de las regiones donde crece, siendo un símbolo de la rica biodiversidad de estas áreas.