El término otor proviene del ámbito jurídico y se refiere a una persona que, en un juicio, es designada como poseedora o autora de un bien, permitiendo así que pueda ser demandada.
Esta acepción es considerada antigua y actualmente se encuentra en desuso, reflejando un contexto legal que ha evolucionado con el tiempo.
Su uso hoy en día es raro y se asocia más con la historia del derecho que con la práctica contemporánea.