La palabra perdis se utiliza en el lenguaje coloquial para referirse a una calavera, en el sentido de una persona que lleva una vida desordenada o irresponsable.
Esta expresión se emplea comúnmente en frases como ser un perdis o estar hecho un perdis, que indican que alguien se comporta de manera despreocupada o desaliñada.
Así, el término refleja una actitud despreocupada ante la vida y las responsabilidades.