La perennidad se refiere a la cualidad de perdurar de forma continua e incesante, implicando la posibilidad de que algo se mantenga de manera indefinida en el tiempo.
Este concepto se aplica a situaciones, objetos o ideas que no tienen un fin determinado y que perduran a lo largo del tiempo de manera constante.
Un ejemplo claro de esto es el principio de la perennidad matrimonial, que aboga por la continuidad y durabilidad de la unión conyugal sin límites temporales establecidos.