Persuadir implica utilizar argumentos lógicos, evidencia empírica o retórica emocional para convencer a alguien de aceptar una perspectiva, adoptar una creencia, realizar una acción o abstenerse de hacer algo.
Este proceso puede ser sutil o explícito, y a menudo depende de una comunicación efectiva y la creación de confianza entre la persona que
persuade y la persona que es persuadida.
La habilidad de
persuadir es altamente valorada en múltiples campos como la política, la psicología, las ventas, el derecho y el periodismo, cada uno requiere métodos de
persuasión distintos.
Por ejemplo, un periodista puede
persuadir presentando hechos objetivos e indiscutibles, mientras que un político puede emplear apelaciones emocionales y promesas de cambios positivos.