El término pidón y su forma femenina pidona se utilizan en el lenguaje coloquial para describir a personas que tienen la tendencia a pedir de manera insistente y frecuente.
Esta actitud, que puede resultar molesta, se asocia con el adjetivo pedigüeño, que también denota una falta de consideración hacia los demás al solicitar favores o recursos de forma reiterada.
En definitiva, ser un pidón implica una conducta de importunidad al pedir.