El término pinjado proviene del participio pasado de pinjar, y se utiliza como un adjetivo en contextos antiguos.
Su uso se ha vuelto arcaico y poco común en la actualidad.
Una de sus acepciones se relaciona con el banco pinjado, una expresión que también ha caído en desuso.
Así, el significado de pinjado refleja una conexión con el lenguaje del pasado, evocando imágenes de un tiempo donde estas palabras eran más frecuentes.