En pintura, el paisaje heroico nació en Italia y cuajó en pintores de la talla de Nicolás Poussin y Claude Lorrain. Al mismo tiempo se generalizó en Europa, bajo la inspiración de Pietro da Cortona, la decoración de los techos. En Holanda, junto a las grandes creaciones de Rembrandt, florecieron varios «pequeños maestros» que cultivaron el paisaje, los bodegones, la pintura arquitectónica, animales y marinas. Rubens y Van Dyck, entre tanto, sentaron las bases del estilo principesco y clerical. Hacia mediados del siglo xviii el estilo propiamente barroco degeneró en el Rococó.