La pintura de Alemania ha experimentado diversas etapas a lo largo de la historia, desde la influencia de los prerrafaelistas que buscaban resucitar la religión en el arte, hasta el auge del expresionismo en el siglo XX.
Figuras como Johann Friedrich Overbeck y Emil Nolde han dejado su huella, aunque la producción artística alemana en ciertos períodos fue considerada mediocre.
Sin embargo, movimientos como la Escuela de la Nueva Objetividad marcaron un renacer significativo en la pintura.
Pintura De Alemania
a la hermandad inglesa de los prerrafaelistas, perseguía el propósito de resucitar la religión en el arte. El jefe «nazareno», Johann Friedrich Overbeck (1789-1869), basaba su credo artístico en un énfasis del contorno y forma y la subordinación del color. De sus discípulos, Peter von Cornelius (1783-1867) fue el más famoso. La pintura alemana siguió después, como el arte francés, las fases artísticas del Romanticismo, Realismo e Impresionismo, pero la nación no produjo artistas que contribuyeran con notables innovaciones a las distintas escuelas. Sólo el romántico Arnold Boecklin (1827-1901) destaca ligeramente en la general mediocridad de los pintores.
Fue durante el movimiento expresionista del siglo xx cuando Alemania ofreció de nuevo contribuciones artísticas importantes, sobre todo en la pintura. Emil Nolde (1867-1956) destacó por su intento de pintar la esencia subjetiva de las cosas. Más tarde la Escuela de la Nueva Objetividad, cuyos trabajos fueron condenados en su mayor parte por el régimen nazi como degenerados, se formó principalmente bajo la dirección de George Grosz (1878-1959).
Max Ernst (1891-1976) es el principal exponente alemán del surrealismo.