m. Perú. El pistaco es un personaje fabuloso o mitológico, al que se creía profanador de tumbas. También es conocido como nakaq.
Generalmente se lo representa de etnia andina, pero también puede ser blanco, mestizo o incluso negro, con la barba descuidada y cuerpo fornido.
El pishtaco o nakaq es un ser mitológico que pertenece a la tradición andina, principalmente en Perú. También se le conoce como kharisiri en algunos lugares de los Andes. El término pishtaco proviene del quechua pishtay, que significa decapitar, degollar o cortar en tiras. La leyenda del pishtaco surgió en los Andes Centrales peruanos, así como en algunas regiones durante la construcción de ferrocarriles, carreteras y la explotación minera.
De acuerdo con la leyenda, el pishtaco es un bandolero que asalta a mujeres y hombres solitarios. Su ocupación principal es degollar a sus víctimas para extraerles la grasa y venderla, además de comer su carne en forma de chicharrones. También se dice que entierra a las víctimas, en ocasiones aún con vida, para fertilizar la tierra o fortalecer las construcciones.
La preocupación por la grasa corporal tiene una larga tradición en los Andes, donde la gordura y el exceso de grasa se consideran signos de buena salud, fuerza y belleza. Los indígenas prehispánicos incluso adoraban a la grasa corporal en forma del dios Viracocha. Esta tradición hizo que los conquistadores españoles, quienes usaban la grasa corporal de los indígenas en sus heridas, fueran vistos con horror.
La figura del pishtaco ha existido desde épocas prehispánicas, donde se habla de sicarios enviados por grupos de poder o etnias rivales para eliminar a personas importantes o diezmar la población.
Durante la conquista española, los indígenas consideraban a los misioneros españoles como pishtacos, creyendo que mataban personas para obtener su grasa y engrasar las campanas de las iglesias. Esta creencia se encuentra mencionada en las Tradiciones Peruanas de Ricardo Palma.
Actualmente, existen leyendas similares que afirman que las maquinarias de un ingenio azucarero requieren grasa humana como lubricante, o que los motores a reacción de los aviones no pueden funcionar sin una gota de grasa humana.
Esta creencia del pishtaco ha llevado a que algunas comunidades rechacen programas internacionales de asistencia, como el programa estadounidense Food for Peace, por temor a que su objetivo real sea engordar a los niños para luego matarlos y extraer su grasa.
También ha habido casos de ataques a geólogos y limitaciones al trabajo de los antropólogos, quienes han sido confundidos con pishtacos o se ha rumoreado que su trabajo está relacionado con la selección de personas gordas para ser víctimas de los pishtacos. Incluso, se ha mencionado a la leyenda del pishtaco como un posible factor en la creación de una historia sobre una banda que supuestamente mató a 60 personas para extraerles su grasa corporal por parte de la Policía Nacional del Perú en 2009.
El pishtaco es un personaje recurrente en el imaginario colectivo de los Andes, con características comunes que lo definen.
Etimología u origen de la palabra pistaco: proviene del quechua pishtay que significa "decapitar, degollar o cortar en tiras". [pishtay > pishtakuy> pishtakuq > pishtaco].