El término plácet, de origen latino, se refiere al asentimiento que otorga un gobierno al nombrar a un agente diplomático extranjero.
Este concepto es fundamental en las relaciones internacionales, ya que garantiza que el país receptor acepte oficialmente al representante de otra nación.
El plácet es, por tanto, un paso crucial en el establecimiento de la diplomacia y el respeto mutuo entre estados.