Las plantaciones de caucho son extensiones de terreno dedicadas al cultivo del árbol Hevea brasiliensis, fundamental para la producción de látex.
Estas plantaciones se encuentran principalmente en Asia, en una franja que rodea el ecuador, y también en algunas regiones de África y América Central.
El proceso de cultivo ha evolucionado, pasando de la siembra de semillas a la técnica de injerto, lo que mejora la calidad y uniformidad de la producción.
plantaciones de caucho
Las regiones más propicias para el cultivo del árbol del caucho son las comprendidas en una ancha faja que se extiende alrededor del globo unos 1120 km al N y otros tantos al S del Ecuador.
La mayor parte de las grandes plantaciones de caucho se encuentran en Asia, donde figuran como principales productoras Malaya, Indias Orientales Holandesas, Ceilán, Indochina, Siam, Sarawak, India y Birmania. En África crece el caucho cultivado en Liberia. También existe un pequeño número de plantaciones de caucho en América Central y las Islas Filipinas.
En las plantaciones de Hevea brasiliensis, tras limpiar el terreno de maleza, se plantan los árboles en filas separadas entre sí por unos 8 m. El sistema originariamente utilizado fue el de sembrar las semillas, pero ello daba lugar a una mezcolanza de ejemplares de muy diferente rendimiento. Actualmente se injertan los retoños con vástagos de árboles muy productivos, con lo que se consigue mayor uniformidad en las plantaciones y muy superior rendimiento. Los árboles injertados alcanzan la edad de la sangría a los 6 o 7 años. El injerto se emplea también no sólo para conseguir una mayor producción de látex, sino para inmunizar a los árboles contra la enfermedad de la hoja, que puede destruir una plantación entera. Tras injertar los vástagos de un árbol productivo en un arbolillo sano provisto de fuertes raíces y una vez que éste ha alcanzado una altura de 3,50 m aproximadamente, se le hace un nuevo injerto con vástagos de un árbol cuyas hojas son resistentes a la enfermedad, a una altura de unos 2 m del suelo. En Malaya se plantan aproximadamente de 250 a 300 árboles por hectárea, que producen anualmente un promedio de unos 475 kg de caucho seco por hectárea. Los árboles crecen hasta una altura de 15 a 20 m y se cubren de grandes hojas ovaladas de color verde oscuro. Producen capullos de un color amarillo pálido, que más tarde son remplazados por grandes vainas de cáscara gruesa del tamaño de los huevos de ganso, cada una de las cuales contiene tres semillas parduzcas de unos 2 cm de largo. Las vainas se abren a su tiempo con fuerza explosiva y las semillas salen proyectadas con el chasquido y violencia de un proyectil para caer a una distancia de hasta 30 o más metros del tronco.