El término plumajear proviene de un uso antiguo y se refiere a la acción de mover algo de un lado a otro, imitando el movimiento ligero y suave de un plumaje.
Aunque esta acepción es considerada anticuada y ha caído en desuso, evoca una imagen delicada y casi poética, donde el movimiento se asemeja al danzón de las plumas al viento.
Su significado refleja una conexión con la naturaleza y la ligereza del movimiento.