La población de Bélgica asciende a aproximadamente 11,2 millones de habitantes, lo que la convierte en uno de los países más densamente poblados de Europa, solo superado por Holanda.
Esta alta densidad se remonta a la Edad Media y refleja las características del medio físico y el valor económico de sus regiones.
Las provincias de Brabante, Amberes y Flandes destacan por sus elevadas concentraciones, mientras que áreas como Luxemburgo belga y Namur presentan cifras mucho más bajas.
A pesar de su notable urbanización, el campo también mantiene una población considerable.
población de Bélgica
Bélgica, con sus 11,2 millones de h (2013) y su densidad de 362,7 h/km2, sólo se ve superada por Holanda, dentro de Europa, en población relativa. Esa elevada densidad es ya antigua, pues se remonta a la Edad Media. La densidad refleja naturalmente las condiciones del medio físico y el valor económico de cada región. Las provincias de Brabante, Amberes y Flandes registran las mayores densidades (más de 400); las del Luxemburgo belga (50) y Namur (100), las más bajas. En la zona flamenca, la población está distribuida con bastante regularidad (salvo en la estéril «Campine»), mientras en el país valón es más desigual; la fuerte densidad de Lieja y el «Borinage» (más de 1000), zonas industriales y carboníferas, contrasta con la escasa de la meseta de las Ardenas, que no alcanza los 50 por kilómetro cuadrado.
Aunque Bélgica tiene un gran porcentaje de población urbana, el crecimiento de ésta no se ha verificado a expensas del campo, que todavía está muy densamente poblado, pese al progreso de las ciudades industriales. La modificación de la economía del país se manifiesta en el contraste entre su 40 % de población minero-industrial y el 17 % que se dedica al trabajo del campo, al cuidado de la ganadería o a la explotación del bosque y de la pesca. El aumento de población no es consecuencia de su natalidad —bastante baja— sino de su mortalidad escasa.
Antes de la dominación romana, la población belga estaba formada por tribus célticas, que pronto asimilaron, sin embargo, la cultura romana y abrazaron el Cristianismo. Al producirse en Europa la invasión de los pueblos bárbaros se establecen en el país los francos, rama occidental de los germanos. Hacia el siglo v ambos pueblos se encuentran ya separados: los germanos en el N y O, donde se mezclaron con los frisones y adoptaron un dialecto derivado del bajo-holandés, y los celto-romanos al S y E con costumbres eminentemente latinas y un dialecto francés. Los primeros, flamencos, ocupan las provincias de Flandes, Amberes, Limburgo y el N de Brabante; los valones se extienden por Luxemburgo, Namur, Lieja, Hainaut y el S de Brabante. Los dos idiomas, flamenco y francés, son hoy lenguas oficiales del Estado. Si el idioma es diferente, la religión, en cambio, es común: la católica, salvo pequeños núcleos protestantes y judíos (éstos en Amberes y Bruselas).