La policía judicial es una institución encargada de la averiguación de los delitos públicos y de la persecución de los criminales.
Su función principal es colaborar con el sistema de justicia para garantizar la seguridad y el orden, actuando en la investigación de hechos delictivos y en la recopilación de pruebas.
Esta labor es fundamental para el esclarecimiento de crímenes y la protección de los derechos de los ciudadanos.