La palabra polido o polida se refiere a algo que ha sido pulido, es decir, que ha sido tratado para obtener una superficie lisa y brillante.
Sin embargo, también se utiliza en un sentido más antiguo para describir a alguien que es agraciado y de buen parecer, destacando su belleza o elegancia.
Esta última acepción es considerada anticuada y ha caído en desuso, pero aún refleja un ideal de primorosidad.