La pólvora lenta es un tipo de pólvora que se caracteriza por su capacidad de quemarse de manera más pausada, lo que le permite convertir su materia en gases de forma gradual.
Esta propiedad la hace ideal para aplicaciones donde se requiere un control preciso de la explosión, como en la artillería o en ciertos tipos de fuegos artificiales.
Su funcionamiento contrasta con la pólvora rápida, que se consume de manera instantánea.