El término postrador se refiere a algo que postra, es decir, que hace que alguien se arrodille o se someta.
Además, en un contexto más específico, se utiliza para designar una tarima baja de madera que se coloca al pie de la silla en el coro, permitiendo que los religiosos se arrodillen cómodamente durante sus oraciones.
La postradora, en femenino, comparte estas mismas acepciones, destacando su función en la práctica religiosa.