Las poternas son accesos secundarios en fortificaciones, estratégicamente ubicados para facilitar la movilidad y abastecimiento en situaciones de emergencia.
Más estrechas y discretas que las entradas principales, ofrecen una vía discreta y menos vulnerable a posibles ataques.
Su cercanía al foso o extremo de una rampa brinda una ventaja táctica al permitir una rápida salida o entrada sin atravesar toda la fortificación.
f. Fort. En las fortificaciones, puerta menor que las principales, que da al foso o al extremo de una rampa.
Las poternas son elementos arquitectónicos característicos de las fortificaciones, diseñadas estratégicamente para permitir un acceso secundario o de emergencia a la fortaleza. Por lo general, se ubican en puntos estratégicos que facilitan la movilidad de las tropas y el abastecimiento de víveres y pertrechos en caso de asedio.
Estas puertas menores suelen ser más estrechas y discretas que las entradas principales, lo que les confiere un carácter más discreto y menos vulnerable ante posibles ataques enemigos. Además, su ubicación cercana al foso o al extremo de una rampa les otorga una ventaja táctica al permitir una rápida salida o entrada sin necesidad de atravesar toda la fortificación.
En la arquitectura militar, las poternas cumplen un papel crucial en la defensa y operatividad de una fortaleza, garantizando la seguridad y eficacia de las operaciones militares. Su presencia es un testimonio de la ingeniería y planificación estratégica que caracterizaban a las construcciones defensivas de épocas pasadas.
• « El Castillo de Monzón tiene su planta rectangular, y está formado por tres cuerpos perfectamente definidos: el acceso con el foso, caballerizas y garita de vigilancia; la poterna, con jardín, aljibe y cementerio, y el que constituyen los edificios principales. »