El término prescito se utiliza como un adjetivo que describe a alguien que ha sido condenado al infierno.
Esta palabra, en su forma femenina prescita, comparte el mismo significado.
Ambas expresiones evocan una connotación de perdición y castigo, reflejando una visión del destino eterno de aquellos que han cometido actos considerados graves o irreparables.