Los préstamos y créditos de un banco son herramientas financieras esenciales que permiten a individuos y empresas acceder a recursos económicos.
Los bancos ofrecen diversas modalidades, como créditos hipotecarios, créditos comerciales y pequeños créditos directos, adaptándose a las necesidades de sus clientes.
Estos financiamientos pueden clasificarse en corto, medio y largo plazo, según el tiempo de reembolso, facilitando así la gestión de recursos en diferentes contextos económicos.
préstamos y crédito de un banco
Los bancos ejercen su función crediticia de múltiples formas. Compran valores, efectos y otros documentos de crédito negociables; conceden créditos hipotecarios, créditos sobre valores y también pequeños créditos directos a los clientes. Los préstamos comerciales reúnen el mayor volumen crediticio en la generalidad de los bancos.
Estos créditos pueden ser a plazo corto, a plazo medio y a plazo largo, según el tiempo estipulado para el rembolso total de los mismos. Los créditos a corto plazo no exceden del año. Los comerciantes cuyos negocios están sometidos a intensas oscilaciones temporales pueden tomar dinero a crédito para cubrir sus necesidades en las épocas de inactividad comercial, durante las cuales fabrican los artículos que luego se venderán solamente en determinada temporada. En general, los créditos a corto plazo suelen ser destinados a financiar transacciones y los créditos a medio o largo plazo a financiar operaciones más prolongadas, como la construcción o mejora de instalaciones. Los fondos públicos, acciones, obligaciones e hipotecas son las principales garantías de esta clase de créditos.
Este tipo de operaciones a plazo adopta a veces la forma de créditos automáticamente renovables: el cliente toma a préstamo cualquier cantidad hasta un límite máximo y por un tiempo determinado, pero el importe del crédito en un momento dado está representado en efectos a corto plazo que serán renovados a su vencimiento. Los bancos, por supuesto, deben conocer qué garantías ofrecen los individuos y empresas solicitantes. A lo largo de. los años, la labor de determinar el límite crediticio que merece una persona o entidad se ha convertido casi en una ciencia.
A partir de 1930 se han realizado notables progresos tanto en la recogida de los informes que han de servir de base a las concesiones de créditos como en el análisis de dicha información. El banquero exige de los solicitantes la presentación de balances, cuentas de resultados y otros datos auxiliares, así como un informe detallado sobre la finalidad del crédito. Una vez concedido éste, el banco examina si los rembolsos se hacen con regularidad y emprende investigaciones adicionales para saber si el prestatario lleva una vida de acuerdo con sus ingresos cuando observa que éste no cumple sus compromisos.
El banquero y su banco asumen una serie de responsabilidades en relación con esta clase de operaciones. Ante todo han de procurar que sus servicios de crédito (oficina de riesgos) estén debidamente informados sobre la situación general de los negocios, de tal manera que puedan clasificar en el lugar económico que le corresponda a cualquier empresa cuya solicitud de préstamo sea objeto de estudio. Además el banco examina constantemente el estado de su propio capital, beneficios y cuentas de reservas para cerciorarse de que se halla en condiciones de efectuar préstamos con garantía y seguridad. La tarea de determinar si una entidad debe recibir un préstamo es semejante a la de establecer si los valores emitidos por una compañía podrían constituir una buena inversión. Los departamentos de crédito e informes trabajan en estrecho contacto hasta el punto de aparecer fusionados en muchos bancos.