El término prima facie proviene del latín y se traduce como a primera vista.
Se utiliza comúnmente en contextos forenses y también en el lenguaje cotidiano.
Este concepto se refiere a una evaluación inicial que sugiere que algo es verdadero o válido, basándose en la información disponible en ese momento, sin necesidad de un análisis más profundo.
Es una expresión que invita a considerar las apariencias antes de llegar a conclusiones definitivas.