El término procapellán se refiere a una figura histórica que ocupaba un puesto de gran relevancia en la antigua capilla real.
Este cargo correspondía al capellán de mayor dignidad, frecuentemente desempeñado por el obispo de Sión.
Su función era fundamental en el ámbito religioso y ceremonial, simbolizando la conexión entre la realeza y la fe, así como el liderazgo espiritual dentro de la institución eclesiástica.