El término profligar tiene un significado que ha caído en desuso, pero que evoca la idea de vencer o desbaratar algo.
Aunque hoy en día no se utiliza con frecuencia, su etimología sugiere una acción de superar o derrotar, lo que puede relacionarse con contextos de conflicto o competencia.
Este verbo, aunque poco común, refleja una riqueza lingüística que invita a explorar el pasado del idioma y sus matices.