f. En Religión, acto de apaciguar o hacer bien dispuesta una deidad, incurriendo así en el favor divino o evitando la venganza divina. En ocasiones también llamada por algunos expiación.
La palabra propiciación lleva la idea básica de apaciguamiento o satisfacción, específicamente hacia algún dios. La propiciación es un acto de dos partes que involucra apaciguar la ira de una persona ofendida y reconciliarse con ella.
La necesidad de apaciguar a un dios es algo que muchas religiones tienen en común.
En las antiguas religiones paganas, así como en muchas religiones de hoy, se enseña la idea de que el hombre apacigua a un dios ofreciendo varios dones o sacrificios.
Propiación cristiana
Según los cristianos, la Biblia enseña que Dios mismo ha provisto el único medio a través del cual su ira puede ser aplacada y el hombre pecador puede ser reconciliado con él.
En el Nuevo Testamento, el acto de propiciación siempre se refiere a la obra de Dios y no a los sacrificios o dones ofrecidos por el hombre. La razón de esto es que el hombre es totalmente incapaz de satisfacer la justicia de Dios excepto pasando la eternidad en el infierno. No hay servicio, sacrificio o regalo que el hombre pueda ofrecer que apacigüe la ira de Dios o satisfaga su justicia. La única satisfacción, o propiciación, que podía ser aceptable a Dios y que podía reconciliar al hombre con él tiene que ser hecha por el mismo Dios.
Por esta motivo Jesucristo (Dios hijo) vino al mundo en carne humana para ser el sacrificio perfecto por el pecado y hacer expiación o "propiciación por los pecados del pueblo" (Hebreos 2:17).
La palabra propiciación se usa en varios versículos para explicar lo que Jesús logró a través de su muerte en la cruz. Por ejemplo, en Romanos 3:24-25 los creyentes en Cristo han sido "justificados gratuitamente por su gracia mediante la redención que es en Cristo Jesús, a quien Dios puso como propiciación por su sangre, por medio de la fe, para manifestar su justicia, porque en su paciencia Dios había pasado por alto los pecados que antes había cometido". Estos versículos son un punto clave en el argumento de Pablo en el libro de Romanos y están realmente en el corazón del mensaje del evangelio.
La forma latina propitiatorium fue empleada para traducir la palabra griega, hilasterion, que se encuentra 22 veces en la traducción griega del Antiguo Testamento. Interesantemente, el hilasterion fue usado en la LXX para traducir el término hebreo "cubierta" o "propiciatorio", que era la tapa del Arca del Pacto donde se colocaba la sangre del sacrificio para la expiación de los pecados del pueblo.
Etimología u origen de la palabra propiación: proviene del latín propitiatorium que significa "favorable".