El cloro es un elemento químico que, a temperatura y presión ordinarias, se presenta como un gas más pesado que el aire.
Este gas puede ser liquidado y solidificado a temperaturas muy bajas.
Su alta actividad química se manifiesta en reacciones con metales, formando cloruros, y en reacciones fotoquímicas con hidrógeno.
Aunque es reactivo, en condiciones secas no reacciona con ciertos metales, lo que permite su almacenamiento seguro.
propiedades del cloro
El cloro a temperatura y presión ordinarias es un gas dos veces y media más pesado que el aire y que, por enfriamiento, puede liquidarse y luego pasar a sólido, que funde a —101,6 °C, mientras el líquido hierve a — 34,6°C. Es moderadamente soluble en agua, dando la llamada agua de cloro.
La reacción del cloro con los metales para formar los correspondientes cloruros demuestra su gran actividad química y así el hierro arde en atmósfera de cloro. Con el hidrógeno y en la oscuridad no reacciona, pero lo hace con gran violencia si la mezcla se expone a la luz del sol; reacciones de este tipo, que requieren la acción de la luz para iniciarse, son bastante frecuentes y se denominan reacciones fotoquímicas. Véase Fotoquímica, Reacciones en cadena.
Cuando el cloro está bien seco no reacciona con metales como el cobre o el hierro, de modo que puede liquidarse y almacenarse en máquinas y envases de hierro sin ningún peligro.
Reacciona con muchos compuestos orgánicos dando derivados de sustitución o de adición; entre los primeros se encuentran el cloruro de metilo y el clorobenceno por ejemplo y entre los segundos el cloruro de vinilo y el hexaclorociclohexano.