• « Y ciertas sustancias respiradas de este modo, como el cloroformo, producen mareos, desmayos, insensibilidad e incluso la muerte. Lo mismo ocurre con los sabores, que sólo pueden apreciarse cuando están en contacto con las delicadas mucosas del paladar y la lengua; es decir, cuando ya son capaces de matarnos por envenenamiento. Una gota de ácido prúsico en la lengua de un gato lo mata inmediatamente. »
• « A principios de 1990, tras un torrente de críticas nacionales y extranjeras, el gobierno alemán contrató al profesor Werner Richarz, del Instituto Federal Suizo de Tecnología, para que dictaminara si las instalaciones alemanas de la ciudad Samarra se habían construido especialmente para la fabricación de armas químicas. Richarz afirmó categóricamente que así había sido, y añadió que, gracias a la tecnología alemana, Irak ya podía fabricar el gas venenoso tabun y ácido prúsico, que se utiliza para destruir los filtros de las máscaras antigás. »