La palabra pucela tiene su origen en el español antiguo y se refiere a una doncella, es decir, a una joven que se caracteriza por su pureza e inocencia.
Aunque esta acepción es considerada anticuada y actualmente está en desuso, evoca una imagen romántica y tradicional de la juventud femenina.
Su uso en la literatura y la historia resalta la importancia cultural de la pureza en épocas pasadas.