La palabra rancajada se refiere a la acción de desarraigar plantas, es decir, a la práctica de arrancarlas de cuajo, lo que implica un proceso de extracción que puede afectar tanto al organismo vegetal como al entorno donde crecen.
Este término evoca no solo la fuerza física necesaria para realizar esta tarea, sino también las implicaciones que tiene para el ecosistema y la vida vegetal en general.