El término ranciar se refiere a la acción de enranciar algo, es decir, provocar que un producto, especialmente alimentos como aceites o grasas, adquiera un sabor o olor desagradable debido a la oxidación.
Este proceso puede afectar la calidad y la seguridad de los alimentos, transformándolos en algo no apto para el consumo.
Así, ranciar implica un deterioro que puede ser tanto físico como sensorial.