La regulación de salarios en los contratos colectivos es un proceso fundamental en el ámbito laboral, donde los sindicatos negocian condiciones de empleo y salarios en función del mercado.
Cuando operan en un mercado nacional, buscan acuerdos que beneficien a toda la industria, promoviendo la uniformidad salarial.
En mercados locales, esta uniformidad puede ser menos relevante, pero aún se pueden alcanzar acuerdos similares entre diferentes patronos, facilitando la negociación colectiva.
regulación de salarios en los contratos colectivos
Los sindicatos tienden a negociar con unidades cuyas dimensiones estén de acuerdo con la naturaleza del mercado existente para las mercancías o servicios que sus miembros producen. Si trabajan para un mercado nacional, los sindicatos prefieren negociar con toda la industria con el fin de regular los salarios y demás condiciones de empleo.
Si producen para mercados locales, más pequeños, la uniformidad de salarios para toda la industria se hace innecesaria, ya que no existe competencia laboral entre los trabajadores que producen para mercados distintos. La uniformidad de salarios en las distintas empresas puede también alcanzarse si el sindicato consigue concertar acuerdos similares con distintos patronos. En los últimos años ha ganado aceptación en Estados Unidos el sistema de la negociación «patrón», mediante el cual se establece con una empresa un acuerdo colectivo clave, cuyos términos serán aplicados después a toda rama de la industria. Las negociaciones se suspenden hasta la firma del acuerdo clave, que se convierte entonces en el modelo a seguir por las demás empresas industriales.
Generalmente este modelo se establece mediante acuerdo con una de las mayores empresas, aunque puede también concertarse con alguna empresa más pequeña o con una asociación de patronos.
La uniformidad de salarios tiende a ser vigorizada por la política del contrato colectivo. Los jefes sindicales conservan su puesto en el sindicato únicamente mientras sus miembros los consideren aptos para velar por sus intereses. Si un jefe negocia con una empresa un acuerdo con una serie de condiciones superiores a las que figuran en el establecido con otra sociedad, los obreros de éste pueden quejarse y debilitar la posición del jefe.
Este proceso de comparar salarios y demás condiciones laborales tienen lugar constantemente entre los trabajadores. Impone limitaciones a la libertad de acción del jefe sindical y le obliga a intentar establecer acuerdos similares con diferentes empresas, aun en el caso en que se negocien separadamente. Esto no significa que logre conseguirse siempre una uniformidad total, pues lo cierto es que existe una gran diversidad entre los acuerdos colectivos. Algunas veces, por ejemplo, un sindicato puede dar su conformidad a que determinada compañía pague un salario inferior sí cree que ésta es la única forma de arreglo entre los obreros y la compañía.