La regularidad se refiere a la calidad de ser regular, es decir, a la consistencia y uniformidad en el comportamiento o en las características de algo.
Además, en un contexto más específico, implica la exacta observancia de normas o preceptos, como los que rigen en un instituto religioso.
Así, la regularidad abarca tanto la estabilidad en patrones como el cumplimiento riguroso de reglas establecidas.